Víctor Hugo es un escritor espiritual. Hasta el día de hoy, no se ha encontrado una obra con gran entereza moral, un texto con gran carga sobre los conceptos de la justicia, la injusticia, el castigo, el perdón, el bien y el mal; en ella, el autor nos presenta a personas que han de librar una lucha encarnizada con sus destinos, intentando superar un pasado que constantemente hace eco en su vida presente.

Surge entonces la pregunta: ¿Cuántas oportunidades tenemos para rehacer nuestra vida? Cuando un hombre tiene que someterse al escrutinio del mundo y sobre todo al de su propia conciencia, en una sociedad donde no se concibe el perdón de los crímenes pasados, debe ser difícil de conseguir y mantener la honradez que se promete y desea.

Eso mismo le pasa a Jean Valjean, quien tras salir de la cárcel es acogido por un obispo, cuyos bienes intenta robar sin embargo tal hazaña es impedida, ante esto el obispo en lugar de delatarlo decide perdonarlo; éste será el momento quiebre de la historia y Valjean comenzará un camino lento, tortuoso y lleno de pruebas contra el destino, que finalmente lo llevarán a la redención.

Llena de referencias históricas (el contexto es el de la Revolución y Post-Revolución Francesa) y reflexiones sobre la justicia humana y divina, “Los Miserables” es un justo homenaje a la supervivencia, el amor, el perdón y la amistad, una obra conmovedora que si emociona al lector hasta la última de sus páginas, puesta en escena es capaz de conmover hasta las lágrimas a quien la contempla.